Al final de cualquier calle hay casi siempre una montaña y niebla porque San Cristóbal de las Casas se eleva en medio del estado acompañado de pinos y encinos. Alrededor de este Pueblo Mágico se despliegan comunidades Tsotsiles y Tseltales que trabajan el barro, cultivan flores y confeccionan intrincados textiles. Podrás adquirir artesanías espléndidas en jade y ámbar mientras escuchas a los lugareños hablar en lenguas autóctonas. Sus construcciones del barroco, plateresco y neoclásico, como la Catedral de San Cristóbal o el Ex Convento de Santo Domingo de Guzmán.